India, sábado 13 de septiembre
Namaste,
Hoy hemos emprendendido nuestro particular camino de vuelta. Pero aún nos quedan algunos días por delante, días que aprovecharemos para seguir conociendo la cultura hindú así como algunas de sus ciudades con más encanto. Hoy tocaba Vanarasi (en español la conocemos como Benarés), ciudad donde todo gira alrededor de su río sagrado, el gran Ganges.
Hemos de contaros que el viaje hasta Delhi lo estamos haciendo en tren, en algunos casos aprovechando la noche para dormir en los vagones con camas. Primera anécdota en el primer destino. Todo estaba pensado para coger un tren a las 10:00 de la noche y llegar alrededor de las 9 de la mañana a Vanarasi. Habíamos reservado nuestros billetes para viajar en primera clase. Al sacar nuestros billetes tan sólo uno de nosotros tenía cama, el resto estábamos ocupando los tres primeros puestos de una lista de espera (así es cómo funcionan las reservas de tren en India). Nos contaron que la lista de espera corría bastante, y que no tendríamos ningún problema porque seguro que finalmente teníamos billetes. Pero no fue así… los días iban pasando, y la lista de espera no se movía… Ante la incertidumbre decidimos cambiar…. ya sólo quedaba la clase “Sleepers”, la más baja para dormir en cama dentro de los trenes en India. Nos tenía un poco preocupados el hecho de que cuando lo contábamos a los voluntarios que conocían dicha clase, todos se reían y nos decían “hay que hacerlo alguna vez, os vais a reír mucho, eso sí, llevaros cadenas”. Llegó el momento, a las 20:00 horas de la tarde salíamos de la principal estación de trenes de Calcuta, inmensa. Cogíamos un tren en el que llegaríamos a las 10:30 de la mañana a Vanarasi. La experiencia ha sido única. Cierto es que el ruido del tren al cruzarse con otros trenes en las vías, el claxon de los trenes al llegar a las estaciones o el sin fin de vendedores que suben y bajan del tren en las paradas para vender café, pan, dulces, agua…, no nos dejaba coger un sueño profundo, pero nos ha gustado haber disfrutado de esa indescriptible experiencia. Sin palabras el hecho de ver cómo se despierta India desde la ventana del tren cuando aún estás tumbado en la cama… Sin duda momentos que se quedarán grabados en nuestras retinas.
A poco más de las 11:00 de la mañana, el tren entraba a Vanarasi. Hemos dejado las maletas en una consigna en la estación, puesto que desde esa misma estación, a las 22:00 horas, hemos cogido un nuevo tren que nos llevará hasta Agra. Vanarasi, espiritualidad a orillas del Ganges. Un mismo país, pero una ciudad muy diferente a Calcuta. La mezcla de las diferentes religiones es aún más palpable, siempre predominando la hindú. Peregrinos hindúes acuden a los “ghats” del Ganges (típica imagen de la escalinata a orillas del río) para liberarse de sus pecados en sus aguas sagradas y también para incinerar a sus seres queridos. Es un lugar donde todo hindú quisiera morir, ya que expirar aquí supone la “moksha” (liberación del ciclo del nacimiento y la muerte), así que no es difícil encontrar gente moribunda en sus calles.
Queríamos conocer y vivir en directo el rito de la incineración, así que hemos visitado el ghat crematorio más importante de Vanarasi, el Manikarnika. No tenemos imagen del mismo, es evidente la prohibición de hacer fotos en estos lugares. Pero os podemos decir que han sido momentos estremecedores. Alrededor de estos ghats las familias pueden comprar la leña para incinerar a sus seres, eligiendo entre diferentes leñas de árboles dependiendo de la adquisición económica de las familias. Dejamos atrás multitud de hombres cortando y almacenando leñas y accedemos al ghat. Varias decenas de hogueras encendidas, algunas de ellas sólo rescoldos y cenizas. De repente, cánticos y oraciones irrumpen en la solemnidad del ghat. Cuatro hombres portan un cuerpo sin vida tapado por flores y mantas de colores, sobre un trono de cañas. Bajan hasta el río y sumergen el cuerpo en el Ganges hasta tres veces. Descubren parcialmente la cara y derraman agua sobre la boca del difundo. Sacan el cuerpo, lo preparan y lo colocan sobre una montaña de leña que acaban de encender. Sin comentarios.
Alguna que otra compra, visita de otros ghats y paseo en barcaza por el Ganges. Desde aquí si se permiten las fotos, así que os dejamos alguna instantánea del ghat crematorio. A las 18:30, hemos disfrutado del rito del atardecer en otro de los ghats. Danzas y rituales a orillas del río, al que acuden numerosos hindúes y curiosos de todo el mundo. Día aprovechado en Vanarasi, llegamos al final. Vuelta en autorickshaw a la estación, recogida de maletas y partida en tren hasta nuestro siguiente destino… Agra.
Namaste
A ver si hoy sale el comentario, que el otro día lo escribí varias veces y no salia. Bueno solo deciros que tengo muchas ganas de ver a mi charini para que me cuente toooodo. Y como pueda a la próxima me apunto jejeje
ResponderEliminarMarisol
Comtemplando estas fotos, y esforzándome un pelín, aun puedo recordar ese lugar, y ese olor tan característico de alli, pero tan desagradable a la vez.Vanarasi....una ciudad que a pesar de encontrarte en un porcentaje alto, caras moribundas, calles muy pero que muy sucias,donde casi te niegas a respirar,tiene un encanto mágico, algo que no puedes describir, pero....que te llega y te llena.
ResponderEliminarVengaaaaa, volver pronto, que quiero que os pegueis los cuatro por hablar!!!! ;)
Un besote malaguitas!!!
Sonia
Perdo perdon!!!!!! no he podido seguiros estos dia y escribiros.Yo y mis lios.Cuanta falta me has hecho mama.Pero nada que surja aqui es importante al lado de todo lo que habeis visto y vivido.Cuanto agradecimiento doy a la vida por haber nacido en esta familia y en este lugar.Es grandioso el trabajo que habeis hecho y sois mas grandiosos como personas.Se por Sonia que estais en el avion de vuelta a Madris,contamos las horas para saber de vosotros.
ResponderEliminarPd.Mama te veo mas delgada y cansada.Ahora a reponeros.